Pero el manga y el anime no paran de aumentar sus ventas año tras año. ¿Cómo, si el manga siempre ha sido algo para niños y el cómic (americano o europeo) es para adultos con mayor poder económico? Además, los mangas suelen tener historias simplonas y vacías en comparación con las tramas serias y más profundas del cómic, ¿no? Hablemos de ello.
Y que no se tome esto como apología del manga.
Lo dicho arriba, el manga y el anime suben como la espuma y Marvel y DC no están pasando por su mejor época (del europeo ya hablaremos otro día, que eso lleva en crisis desde antes de inventarse la imprenta) y los jefazos de las editoriales se preguntan qué pasa, cómo pueden estar perdiendo la batalla si sus compañías tienen a Spider-Man y a Batman. Pues pasa que tienen a Spider-Man y a Batman, pero no tienen A SPIDER-MAN y A BATMAN. Me explico.
De unos años a esta parte, los personajes clave de ambas editoriales, los que llegan siempre a lo más alto de las listas mensuales, ya no son los personajes divertidos, entretenidos y cercanos con los que la gente creció. Poco a poco, una nueva oleada de guionistas cuyas cuentas de Twitter son 98% política y 2% retuits con reseñas positivas de sus tebeos, ha ido tomando el control de Iron Man, Wonder Woman, Capitán América… y los han ido convirtiendo en SU versión de estos héroes, despojándolos un poco de su esencia. En algunas ocasiones, como con la actual Miss Marvel, han metido con calzador tramas sociales/políticos que dan más vergüenza ajena que otra cosa. Hemos pasado de tener súper héroes cuyos problemas eran que habían matado a algún familiar, a una chavala musulmana que no puede ir a una fiesta universitaria. Que es una putada no poder ir de parranda con tus amigos, pero en una escala de sufrimiento siento más lástima por el héroe que vio a sus padres tiroteados en un callejón delante de él. También es cierto que esta última es una situación en la que pocos nos habremos visto (espero…), pero el acontecimiento es mucho más trágico. Al final, guionistas a los que les da absolutamente igual la historia del medio están haciéndose con personajes que no les gustan y añadiéndole su dosis de agenda política para agradar a gente que no lee cómics, pero se queja mucho por redes. Y no estoy diciendo que muchos de estos personajes no nacieran precisamente como contestación a la situación política de su época o que esté en contra de este tipo de historias, pero eso lo comentaré en otra entrada.
Y mientras, ¿qué hacen en Japón? Lo que les sale de sus pixelados cojones. Sin más. Escriben las historias que les da la real gana, y si a alguien no le gusta, pues mala suerte, que deje de leerlo. No te van a hacer un anime sobre los problemas de tocamientos que hay en los trenes o un manga sobre un personaje al que le dicen cosas desagradables por su raza. Prefieren hacer historias de aventuras sobre un chaval que se quiere convertir en el rey de los piratas, de otro que es una versión absolutamente exagerada y ultrapoderosa (que ya es decir) de Superman o un mundo donde la mayoría de gente tiene poderes, menos el protagonista, que quiere entrar a una academia de héroes para convertirse en uno. Historias sencillas, mucha acción y sin elementos de la realidad, porque al fin y al cabo es para lo que existen los cómics, para entretener y hacernos olvidar durante un rato la asquerosa vida real.
Además, otro tema que es norma en los mundos de Marvel y DC son las notas del editor, esos malditos asteriscos que te llevan a un «referencia a tal número de otra serie, cómpralo para saber de qué cojones hablan». Hoy en día no puedes comprarte una serie regular y leerla tranquilamente de una tirada. Las editoriales se lo han montado de una manera que necesitas un mapa para saber qué tomo de qué serie te toca leer para seguir la continuidad de la trama. Esto fue algo especialmente exagerado en DC Metal, ese arco que iba a suponer el enésimo evento/reinicio de los héroes donde el artífice de todo esto, Scott Snyder, tuvo que crear un diagrama y publicarlo en Twitter para indicar a la gente el orden en el que tenían que leerlo todo para enterarse de qué iba la movida. Total, para terminar en un final putapénico de Disney.
En este aspecto, de nuevo, en Japón van a su puta bola. Publicando sus números en revistas mensuales a su ritmo y no necesitas leer nada más para enterarte de la trama. Así de simple.
Y por último, el precio. ¿Qué está pasando con los precios de los cómics? Hace unas semanas empezaron a sonar los rumores de que en esta nueva etapa, los números de DC protagonizados por sus personajes clásicos (y no los nuevos sustitutos que nadie quiere) pasarían a costar 8$ (OCHO PUTOS DÓLARES) bajo el sello Black Label, ¿qué clase de broma es esta? Por ese precio (e incluso algo menos) te puedes comprar mangas de 200 páginas.
En fin, que los directivos de las editoriales americanas viven en los mundos de Yupi y no tiene la menor idea de qué quiere la gente. Como decía más arriba, parece que prefieren adaptar sus series para que gusten a gente que no compra cómics, pero grita y se ofende mucho en Twitter y en sus blogs de mierda. Pero aquí el único BLOG DE MIERDA legítimo es éste.
Dicho esto, me voy a poner a seguir escribiendo la historia de mi cómic altamente político que venderé en ninguna parte porque irá todo aquí de gratis.
Retrospect
Dibujante de mierda