Cuando uno piensa que el mundo del arte no puede dar más asco, siempre sucede algo que le hace sentir un poco más de desprecio por la especie humana. Profesionales echándose mierda entre ellos, «fans» que se unen a los escarnios públicos a la mínima que pueden, aunque no tengan ni la menor idea de quién es uno de ellos, por el simple hecho de colaborar en la rueda del mal rollo, que a este ritmo no va a dejar de girar nunca. Para quien no sepa de qué hablo, me refiero a las acusaciones que vertió Alphonso Dunn sobre Jake Parker, diciendo que el libro ‘Inktober All Year Long’ que Parker iba a publicar en octubre es una copia del famoso ‘Pen & Ink Drawing’ de Dunn de finales de 2015.
Unas acusaciones muy serias y algo de lo que tienes que estar 100% seguro a la hora de señalar a otra persona, ya que es algo que marca de por vida, sea o no cierto. No entraré ahora en mucho detalle sobre si creo que Parker ha plagiado a Dunn, porque no tengo su libro (y no parece que lo vaya a tener nunca), porque respeto a ambos artistas enormemente desde hace muchos años, porque Parker ha sido profesor de arte desde bastante antes que Dunn publicara nada y porque nadie ha inventado nada en el mundillo de la enseñanza artística (y esto lo sabe cualquiera que haya abierto un libro de técnicas o asistido a una escuela de arte, donde las bases son las mismas, estudies en Albacete o en la Conchinchina). Como dato, el libro de Dunn es de finales de 2015 y Parker ya estaba dando clases en 2011 en la Brigham Young University y desde 2013 como fundador del portal Social of Visual Storytelling (SVS Learn), junto a gente de la talla de Will Terry, Marco Bucci, Peter Han o Stan Prokopenko.
¿Qué es lo que realmente me molesta de toda esta situación y que hace que la sangre me hierva? La puta gente. Siempre es la puta gente y esas ganas de sacar las antorchas a la mínima que pueden. En este caso, ya le tenían ganas a Parker desde hace un tiempo, cuando uno de sus abogados, por error, mandó una carta de ‘cese y desista’ (o como se llame) a una artista que publicó en Amazon un libro con sus dibujos de Inktober. Parker creó ese reto artístico y lo tiene registrado, pero no prohibe a la gente que use el nombre para sus libros, sino que intenta que no lo pongan de una forma que parezca que es un libro suyo. Si quieres llamarlo «El libro de Fulanito Mengánez sobre Inktober 2020» eres libre, pero no usando su logo y con un título ambiguo. Creo que eso es algo normal. Pero, como era de esperar, la artista no contactó con Parker, sino que publicó el correo en redes, la puta gente se le echó encima y tuvo que escribir un texto contando qué había pasado, que se trataba de una equivocación por parte de su abogado y de qué iba todo eso. Pero su reputación ya había sido dañada por gente que escucha una parte de la historia, sin importarle lo que ambos bandos tienen que decir. Desde entonces, Parker es Satanás, es un hijo de puta pesetero que quiere que los dibujantes le paguen por participar en Inktober. Y además es de Vox. O tal vez… lo que pretendía era proteger algo que él mismo ha creado y que ha llegado a ser tan popular que las tiendas online se llenaron de productos falsos usando el nombre para vender. Intenta sacar un libro con el logo de Nintendo o de Marvel por tu cuenta, a ver cómo termina eso.
Y ahora esto. Otro artista, en este caso uno de renombre y con bastante peso en redes, hace un vídeo de una hora acusando a Parker de plagiarle las técnicas artísticas y el diseño del libro. Lo de plagiar las técnicas me parece directamente la mayor paletada que he oído. Esos mismos ejercicios los vi a finales de los 90 cuando me enseñaban a entintar en la Joso y las volví a ver a mediados de los 00 cuando entré en la escuela de arte. Son lo más básico que se puede enseñar, por eso en cualquier libro o escuela se enseña lo mismo, con las mismas palabras, los mismos ejemplos y los mismos nombres, porque está completamente asentado desde hace décadas o incluso siglos. Viendo el vídeo de Dunn y cómo enseña pilas y pilas de folios con su trabajo acerca de cómo llegó a desarrollar todo eso me da algo parecido a lástima, porque parece que lo hace de forma honesta, pero da la sensación de que cree haber inventado eso.
Lo haga con convencimiento, con segundas intenciones o por recomendación de alguien, la jugada de Dunn le ha salido redonda. La poca gente del mundo artístico que no lo conocía ahora lo tiene por un héroe y su vídeo en YouTube superó las 430.000 visitas, además de lograr que su libro llegara directo al primer puesto entre los más vendidos de Amazon. Es casi como si lo tuviera todo planeado. Curiosamente, sus vídeos posteriores se quedaron entre las 12.000 y 30.000 visualizaciones, muy lejos del que hizo acusando a Parker.
El resultado final ha sido que Dunn se ha embolsado un pastón a base de vender más libros, la imagen de Parker ha sido gravemente dañada y yo me he quedado sin mi copia de Inktober: All Year Long.