De un tiempo a esta parte cada vez veo más nostálgicos en redes, y no del régimen (que también, pero eso es otro tema), sino de décadas pasadas. En concreto, de la propia. A todo el mundo se le llena la boca hablando sobre lo maravilloso que era todo en su juventud, cómo el cine era de calidad y no paraba de innovar, cómo la música estaba llena de artistazos revolucionarios, los videojuegos eran fresquísimos, la sociedad misma era una utopía feliz llena de gente que se preocupaba por los demás y donde la tecnología no interfería en la vida de los demás. A lo mejor lo que se le ha llenado a esta gente no es la boca hablando, sino la cabeza con mierda que le ha nublado el juicio y tapado los ojos para no ver las cosas como eran.

Esto es algo que sucede especialmente con la década de los 80, porque la mayoría de los pollaviejas que hoy tanto añoran los tiempos pasados ya están viejos, gordos, calvos, impotentes y fofos y cualquier época pasada es mejor, sobre todo cuando eres joven, estás delgado, tienes melenza y se te levanta durante horas sin esfuerzo. Igual que si ahora le preguntas alguien que tenga 30 años y, habiendo nacido a mediados del os 90, te dirá que los inicios del 2000 eran mejores. Cada generación dirá que su época de juventud era mejor que la anterior y, sobre todo, que las posteriores. Pero vamos a centrarnos en los ochenteros, que parecen mayoría.


Estamos hablando de una época en la que llegó el SIDA, la moralidad retrógrada cristiana tuvo un nuevo resurgir en todo el mundo, la Guerra Fría entre los Estados Unidos y la Unión Soviética que tuvo a toda Europa en vilo por verse en medio de un conflicto político de dos bandos liderados por gilipollas, la gente fumaba en hospitales como si no pasara nada, el cinturón de seguridad en los vehículos era un adorno, teníamos a políticos que hacía cuatro días eran ministros de un dictador fascista y, lo peor, una década que nos trajo la peli ‘Moonwalker’.

Pero si hay algo que me toca especialmente la pera y que hace que me hierva la sangre, porque se demuestra lo perezosa y comodona que es la gente, es cuando se habla de música como si todo lo que se creara por aquel entonces fuera el encapsulamiento sonoro del buen gusto y la calidad, cuando es fácilmente la década con más caspa y basura por metro cuadrado. Por poner algunos ejemplos del nivel de los mierdones que había y que sonaban en todas partes a todas horas: ‘Never gonna give you up’ de Rick Astley, cualquier cosa de Wham, ‘The final countdown’ de los infames Europe, la totalidad de la infra-música compuesta por Mecano, tres cuartos de lo mismo pasa con Queen, que siendo un grupo que adoro por lo que supusieron para mí de pequeño, en los 80 sacaron una cantidad de zurullos espectaculares, los reyes del playback Millie Vanilli, Modern Talking, cualquier cosa que tuviera que ver con el hair metal, todos y cada uno de los grupos que formaron parte de la «movida madrileña» (Polansky y el ardor, Derribos Arias, Alaska, Loquillo, Los secretos, el putísimo Mamoncín, los comemierda de Hombres G, La unión…), Culture Club, Cyndi Lauper, las cancioncitas peñazas de artistas unidos en contra del SIDA (al final resultó que el virus fue lo segundo peor que nos trajo), Kenny G y su alter ego Michael Bolton, el nunca suficientemente insultado hijo de la grandísima puta de Luis Cobos y sus mierdas electro-flamencas y mil más.


Toda esta lista de bodrios auditivos y terrorismo sonoro se oía a diario en esa época y ahora se defienden a capa y espada, diciendo que ya no se hace música como antes, que ahora todo es mierda y otras frases vacías que dice el que no busca. Porque actualmente vivimos en una época muy diferente en cuanto al consumo cultural, ya no nos sirven lo que las productoras y las emisoras quieren, sino que no encontramos frente a un buffet libre en el que tenemos que elegir qué nos apetece. Y ahí es donde se demuestra la pereza y la desgana de todo este hatajo de nostálgicos, están tan a gusto en su rincón donde tienen todo lo que ya conocen, que no van ni a tratar de escuchar algo nuevo, no vaya a ser que les guste. Claro que en las radios y medios ponen mierda infecta como B*d B*nny, Ro*alía y demás, pero es que a poco que uno se ponga a buscar, encontrará grupos enormes y de una calidad acojonante como Bala, Brutus, Junius, Moloch, Midnight, Grave Pleasures, Mantar, Gone Is Gone, Ghost, Skraeckoedlan, Dool, Lorn, Magna Carta Cartel, The Twilight Sad etc. etc. etc., centrándome mucho en bandas bastante jóvenes que tienen pocos discos y que me vienen a vuelapluma. Como estos hay miles y miles de grupos que estos nostálgicos no conocen ni conocerán porque están muy cómodos en su esquina oliendo a ropero viejo y quejándose de que todo lo nuevo es peor. Pero de la viagra, los injertos de pelo y los móviles para buscar porno (de jovencitas actuales, no de los ochenta) no se quejan.

Comentario (1)

  1. DarthKafka

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    .oóOòo..oóOòo..oóOòo..oóOòo.

    Eso es una ola.
    Tremenda y enorme ola.
    La de Ola ke Hase pero más imparable aun. Mis dieses.

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